jueves, 27 de septiembre de 2012

Latinoamericanización del Sur de Europa

Julimar da Silva Bichara - Augusto Plató

La historia económica reciente de América Latina está plagada de desaciertos en el área de política económica, especialmente durante las dos décadas posteriores a la llamada crisis de la deuda externa, que estalló en septiembre de 1982, con la moratoria de México, arrastrando, a continuación, a todos los demás países de la región. Eso es más o menos lo que está ocurriendo con los países del sur de Europa y que pertenecen a la Zona Euro. El siguiente en declarar el impago y solicitar oficialmente la intervención de autoridades extranjeras parece que será España. 
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Salvando las diferencias institucionales, sociales y económicas, el proceso de ajuste a que están siendo sometidos los países de la Zona Sur de Europa es el mismo que ha sido impuesto a los países latinoamericanos y que les ha llevado a un largo periodo de depresión económico-social caracterizado por un bajo crecimiento económico, desindustrialización, incremento del paro, de la pobreza, de la extrema pobreza y del hambre. Desde el punto de vista socio-político, también ha llevado a un incremento de la violencia urbana, problema endémico en las grandes ciudades latinoamericanas, y, lo que es más dramático desde la perspectiva de construcción de una sociedad cohesionada y democrática, a un alejamiento casi total entre la sociedad y las clases políticas. A partir de los años 1980s ha crecido en los países latinoamericanos, y hasta hoy todavía persigue como un problema extremadamente importante en la mayoría de los países de la región, la percepción social de que los políticos, los partidos políticos e incluso el Estado no contribuyen a mejorar la situación económico-social de la población. La percepción social es que las instituciones son un instrumento de poder y de apropiación de renta por parte de las clases más pudientes o poderosas en la región. 


martes, 25 de septiembre de 2012

¿Miscelánea laboral?

Ciro Murayama, artículo publicado en El Universal (México)

Uno de los consensos de nuestro debate público de los últimos años consiste en señalar la necesidad de una reforma laboral. En este tema el lugar común dentro de la corriente hegemónica en la opinión publicada y en los circuitos gobernantes es que urge flexibilizar el mercado de trabajo. Sin embargo esa propuesta, que ya es más una consigna, no se hace cargo de que la flexibilidad en la ley laboral sólo incorporaría a la norma lo que ya existe en la realidad: seis de cada diez trabajadores subordinados se encuentran en los hechos en una situación de informalidad, que es el reino de la flexibilidad por excelencia. 

Un debate más a fondo de la normatividad laboral debería de considerar, al menos, tres elementos. 

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Primero: uno de los mayores rezagos del cambio económico y político del país se ubica en el ámbito del mundo del trabajo. A diferencia de lo que ha ocurrido en el campo de la representación política y de la vida electoral, en el terreno laboral los viejos lastres de los años setenta del siglo XX, y aún antes, continúan y se han exacerbado. El más notable es la presencia extendida de contratos de protección que hacen nulos los derechos de representación colectiva y hacen de México un país sin diálogo social entre los factores productivos. El debilitamiento de la representación de los trabajadores y la reducción de la participación de los salarios en el PIB, revelan que el peso de la organización de la sociedad civil directamente relacionada con el ingreso de la mayoría de la población (los sindicatos) se ha erosionado. La ausencia en la agenda pública, y por tanto política, del tema del ingreso de los trabajadores explica en parte el deterioro de las condiciones de vida y también sirve para entender la insatisfacción con la germinal democracia mexicana: el cambio político sigue sin dar resultados tangibles para el día a día de la gente. La situación del empleo no puede disociarse del tema mayor de la calidad de nuestra democracia. Una población empobrecida y con empleo precario genera una ciudadanía desafecta con la democracia. Esta es una reflexión ausente en la propuesta de reforma laboral. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Rescates: inútiles, costosos e injustos

José Manuel Lasierra y Santos M. Ruesga, artículo publicado en El periódico de Aragón
 
Nos debemos plantear por qué el rescate, quién se beneficia, quién sale perjudicado
 
En estos tiempos tan acelerados y turbulentos los hechos y los conceptos se interpretan y se utilizan en muchas ocasiones de manera poco rigurosa, en el mejor de los casos, o de forma confusa y tramposa, en el peor. La idea de rescate es la de una actuación que se hace para salvar a alguien de un peligro o de una situación complicada. Así tenemos, el rescate a la banca, a las autonomías o al propio país. Las causas por las que cada una de estas tres entidades tienen problemas son distintas, las medidas también difieren y los resultados y consecuencias de las actuaciones del rescate producen ganadores y perdedores diversos. Nos debemos plantear, por qué el rescate, quién se beneficia, quién sale perjudicado.

1. Rescate a la banca. Los motivos de su crisis derivan, en parte, de una mala gestión, por centrarse demasiado en el ladrillo. En bastantes casos, saqueo sistemático y utilización política de las cajas desde algunas, no todas, autoridades autonómicas y bienpagados gestores. Junto a esto, unos prestamistas internacionales, alemanes y franceses, entre otros, que no midieron el riesgo. Realmente, a quienes se está rescatando es a los prestamistas internacionales que no ven mermados sus préstamos, que entran en la órbita de la cobertura y garantía públicas. Quienes pagan son los contribuyentes, se vista como se vista, y algunos inversores de las llamadas preferentes. ¿por qué no se llevan hasta sus últimas consecuencias las leyes del mercado y se deja quebrar a los bancos ruinosos mientras el Fondo de Garantía de depósitos atiende a los impositores hasta 100.000 euros, o sea la mayoría de ellos.

2. Rescate a las autonomías. La estructura de financiación de las autonomías siempre ha carecido de lo que se llama corresponsabilidad fiscal: que el que paga lo entrega a la unidad de gasto inmediata. O sea, que la CCAA recauda unos impuestos directamente y el ciudadano ve dónde los gasta y en consecuencia puede evaluar la acción del gobernante autonómico. Las autonomías han sido gestoras de un gasto que se financiaba por unos impuestos que recaudaba el estado, que es el que soporta el coste político de los impuestos. La no corresponsabilidad en los ingresos ha conducido a una política de gasto autonómico en no poca medida irracional, caracterizada por políticas expansivas de gasto, clientelismo político, proliferación de fantasías nacionalistas y corrupción. Ahora cuando la crudeza de la crisis exhibe el desequilibrio fiscal afloran con dureza esas malas prácticas y se plantea el rescate. Cuando el problema es que los bancos no prestan a las autonomías y se produce un desfase de tesorería, como dice Andalucía, el rescate es, se puede decir, una línea de crédito necesaria. Pero cuando la deuda de una CCAA alcanza casi el 20% del PIB de la comunidad, como Cataluña o Valencia, el rescate puede interpretarse como un mal externo ajeno a las políticas de los gestores autonómicos y, en consecuencia, estos gestores pueden seguir con esas políticas. Y los votantes seguir votando a esos partidos. Todo el mundo sabía quiénes eran Gil en Marbella o Fabra y Camps en Valencia y .. El no-rescate puede ejercer una importante y necesaria labor pedagógica.

3. El rescate al Estado. Ya sabemos que el enorme endeudamiento español es principalmente endeudamiento privado. Cierto que las deudas privadas empiezan a ser públicas, desde el momento que esa deudas impiden el consumo del sector privado y, por tanto, el crecimiento y la creación de empleo se hunden, los ingresos se reducen y el gasto público aumenta. No tendría por qué ser así, si conseguimos que los acreedores, irresponsables bancos alemanes, asuman también su parte de culpa y accedan a una quita. ¿Para qué sirve pues un rescate al Estado, es decir, un gran préstamo al Estado aunque sea en buenas condiciones ¿Sirve para reducir el endeudamiento privado y estimular el crecimiento El rescate permite garantizar el cobro, de momento, de las deudas de esos acreedores externos a base de reducir el empleo y las condiciones de vida de la ciudadanía de los países deudores. Mientras a ganar tiempo y ver si escampa y cambia el ciclo. El rescate sirve para que los acreedores cobren lo que los deudores no pueden pagar y a los que se responsabiliza en exclusiva de la crisis. ¿Qué ocurre en la vida económica cuando se da esa situación Se negocia una quita. El rescate no sirve para estimular el crecimiento porque no reduce las deudas y así no se liberan recursos para el consumo y la inversión. Todo lo contrario y lo estamos viendo en los países rescatados. Si el rescate no sirve contra la crisis, además de que es injusto, y este es la gran actuación, la medida extrema contra la crisis, ¿qué hacer para crecer y salir de la crisis Pues a lo mejor es que hay que salirse del euro y ensayar fórmulas propias. La mayoría imaginamos el infierno fuera del euro, pero dentro del euro los países periféricos ¿están en el paraíso ¿han mejorado o se han hundido todavía más desde el rescate Y esto sirve también para el fantástico rescate «precautorio» del BCE que nos han vendido estos días con la visita de Merkel y que han aplaudido los mercados y la bolsa.

En esta situación y ante la falta de corresponsabilidad por parte de las autoridades monetarias europeas y las de los países más potentes, en la búsqueda de soluciones a la crisis económica que nos atenaza, nos deberíamos plantear seriamente una reflexión sobre la salida del actual euro sin alarmismos. Mientras tanto, ¿rescates? No gracias.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Desmontando lo colectivo

Desde la Organización Internacional del Trabajo, señalan cómo la descentralización de la negociación colectiva que se está imponiendo en múltiples países (entre otros, en España), puede debilitar aún más la recuperación económica.

"Algunos gobiernos han reformado de forma unilateral los acuerdos de negociación colectiva en los momentos más álgidos de la crisis. Revertir estas decisiones y ofrecer apoyo político a la negociación colectiva es crucial para la recuperación", sostiene la OIT.

Descentralizar el proceso y permitir que las empresas negocien sin acuerdos sólidos nacionales y sectoriales aumenta la presión sobre los salarios y las condiciones de trabajo, afirmó Susan Hayter, especialista de la OIT en relacionales laborales y de empleo.



Cuando los cambios en la organización del trabajo son negociados con los trabajadores y sus representantes, con frecuencia contribuyen a mejorar el rendimiento de la empresa.

(Más vídeos e información en la OIT).

jueves, 13 de septiembre de 2012

El presidente del empleo precario


Ciro Murayama, artículo publicado en El Universal (México)


En los últimos seis años la Población Económicamente Activa creció en 6.45 millones de personas (16%), pero la población ocupada aumentó sólo en 5.53 millones (13%). El desempleo, en estos años, ha alcanzado un monto histórico de 2.5 millones, 963 mil más (64%) que cuando inició la administración de Calderón. Estas cifras tomadas del VI Informe de Gobierno presidencial evidencian que en el sexenio se profundizó el desequilibrio en el mercado de trabajo: hubo más personas incorporándose a la actividad económica que número de ocupaciones generadas. 

Pero el problema no es sólo en términos de empleo vs desempleo, sino de la calidad del empleo. Los puestos de trabajo con acceso a las instituciones de salud (que pueden leerse como los empleos asalariados formales) creados en el sexenio, fueron un millón 475 mil, mientras que los trabajadores subordinados nuevos que no tuvieron acceso a la salud por su trabajo fueron más de cuatro millones. El saldo es claro: por cada empleo formal en el país se crearon 2.7 ocupaciones desprotegidas, por lo que la precariedad laboral aumentó. 

En lo que toca a las remuneraciones, los trabajadores que ganan hasta un salario mínimo aumentaron en un millón 430 mil, lo que implica el 27% más que hace seis años. Quienes ganan más de uno y hasta dos salarios mínimos aumentaron en 2.4 millones (28%) y los que perciben más de dos y hasta tres salarios mínimos se incrementaron en un millón 27 mil (14%). Sin embargo, disminuyó el número de perceptores de más de tres y hasta cinco salarios mínimos en 679 mil personas (-9%) y, sobre todo, se redujo en 1.3 millones (-26%) el número de mexicanos ganando más de cinco salarios mínimos. Así, mientras en 2007 un total de 5.1 millones de trabajadores recibían más de 5 salarios mínimos (unos 300 pesos diarios de hoy), para 2012 lo consiguen sólo 3.8 millones. Aumenta la cantidad de trabajadores mal pagados y disminuyen los asalariados con remuneraciones decentes. 

Es revelador, también, lo que ha ocurrido con el empleo incorporado a la seguridad social. Los trabajadores afiliados al IMSS aumentaron sólo en 10% durante el sexenio (cuando el empleo asalariado lo hizo al 16%), pero del millón 538 mil afiliados adicionales, sólo 982 mil fueron permanentes. Así, la cobertura de la seguridad social va a la zaga de un mercado de trabajo de por sí lento e insuficiente para incorporar al más del millón de personas que, cada año, empieza a buscar empleo. 

Por cierto, de acuerdo a las cifras del VI Informe, entre octubre de 2008 y mayo de 2009 en México se destruyeron 696 mil empleos formales. Los empresarios pudieron despedir en esos siete meses a prácticamente la mitad de los trabajadores que se consiguió afiliar al IMSS en el sexenio. Pero para agosto de 2010 el empleo destruido se había recuperado en 725 mil plazas. Eso quiere decir que en México durante la crisis se destruye mucho empleo formal, pero que también es elevada la creación en la fase de recuperación. Eso es signo no de rigidez del mercado de trabajo sino de lo contrario. La baja creación de empleo tiene que ver más con el bajo desempeño económico de nuestra economía que con la actual ley laboral. 

Las cifras de informalidad laboral que ofrece el VI Informe, tomadas del INEGI, señalan que de los 48.4 millones de trabajadores subordinados, 18.1 son informales (37%). Si bien se trata de un dato revelador de la precarización laboral, lo cierto es que utilizando las metodologías más recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en materia de informalidad, el porcentaje en nuestro país sería mucho mayor y se acercaría al 60%. Es hora ya de que el autónomo INEGI empiece a publicar datos de informalidad con base en la metodología actual de la OIT. 

En suma, un sexenio de ocupación insuficiente, en su mayoría desprotegida y cada vez más mal pagada. Si es la presidencia del empleo, será del precario.

martes, 11 de septiembre de 2012

Impuestos y trabajo de bajos salarios

Entre los documentos de trabajo de la OCDE, hemos encontrado esta interesante contribución de Alastair Thomas y Fidel Picos-Sánchez, sobre "El cambio de las contribuciones de Seguridad Social a impuestos al consumo. El impacto sobre los incentivos de trabajo de bajos ingresos", que se puede consultar aquí.


Este trabajo investiga las ventajas de aumentar los incentivos al trabajo a los trabajadores de bajos ingresos, trasladando una parte de la carga fiscal de las cotizaciones de seguridad social (SSC) a los impuestos sobre el consumo (en particular, al IVA) en 13 países europeos de la OCDE. Los resultados de la simulación se basan en el los microdatos de la encuesta de presupuestos familiares y muestran que estas reformas aumentarán los incentivos de trabajo para los trabajadores de bajos ingresos, tanto en la participación y los márgenes de horas trabajadas. Sin embargo, dichos aumentos serán generalmente pequeños, en comparación con la parte de la subida del IVA que seguirá a cargo de los trabajadores de bajos ingresos. Esto, combinado con la dificultad de orientación de las reformas y los posibles problemas de equidad con respecto a aumentar la presión fiscal sobre los no trabajadores, sugiere que las fuentes alternativas de financiación a un aumento del IVA también se deben considerar para financiar las reducciones de las cotizaciones a la Seguridad Social.

viernes, 7 de septiembre de 2012

La devaluación interna: riesgos potenciales para la economía española

Manuel Pérez Trujillo - Augusto Plató



La unión monetaria europea afronta en la actualidad los envites del mercado financiero y sus especuladores, deteriorándose poco a poco, a fuerza de desgaste, la estabilidad del euro, ganando enteros su posible ruptura. El problema es Europa. El viejo continente y sus dos realidades, norte y sur, se han convertido en un problema potencial para la economía mundial. Las políticas económicas impuestas desde Bruselas (dictadas por Alemania) parecen no tener un efecto inmediato, ahogando a las economías más débiles (Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia), amenazando con arrastrar al resto de países que conforman la Eurozona a la recesión, hundiendo en este proceso un tercio de la economía mundial. La combinación de ajustes estructurales y austeridad fiscal parece inservible para calmar a los mercados y, aún peor, potenciar el crecimiento económico, algo necesario para generar empleo (acentuando el grave problema social) y pagar las deudas de las economías periféricas (incrementando la presión financiera).

 Y en todo este proceso destaca España, convertida en una pieza clave. La cuarta economía del euro se encuentra en apuros y su importancia en Europa la sitúa en un punto estratégico en la sostenibilidad de la moneda común. España es un claro ejemplo de todos los males que azotan la Eurozona, derivada de la falta de competitividad. El modelo económico anterior y la falta de alternativas para el futuro son el mayor problema. Las políticas de reformas “estructurales” (centradas en el mercado de trabajo) y de ajuste presupuestario no están teniendo un resultado inmediato (muy a pesar de los deseos del gobierno), deteriorando la confianza y expectativas económicas, corriendo el riesgo de deparar en el estancamiento productivo.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Jobs 4 Europe

Entre hoy y mañana se celebra en Bruselas la Conferencia de política de empleo bajo el título “Jobs 4 Europe”.



Se puede seguir esta Conferencia a través de la web, o de twitter (con el hashtag #Jobs4Europe) y algunos documentos están ya disponibles (aquí está el programa).


lunes, 3 de septiembre de 2012

El euro como problema

Enlazamos el artículo que Santos M. Ruesga y José Manuel Lasierra publicaron en el periódico El País (jueves 30 de agosto de 2012), con el título El Euro como problema.
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